El caso del códice desaparecido
El extravío y posterior aparición de un tomo de Ramón Llull cuestiona el celo en la custodia del patrimonio bibliográfico
Desaparecido oficialmente durante 15 años; ofrecido para su venta (o "sólo informando de su valor en el mercado", según el supuesto vendedor) a una biblioteca pública; restituido allí donde desapareció por quien presuntamente lo iba a vender, un alto cargo de la propia entidad. Y, ahora, custodiado desde hace unas semanas en el Archivo del Reino de Mallorca. Ésa es la rocambolesca y oscura peripecia que ha vivido en el último año un códice de finales del siglo XIV que recogía el Arbre de filosofía d'Amor. Se trata de una obra del sabio mallorquín Ramon Llull (1232-1316), el fascinante personaje que fue al mismo tiempo filósofo, escritor, teólogo, divulgador científico, cabalista, misionero y alquimista.
El códice del El Árbol de filosofia del Amor, escrito en 1298, es un documento "muy valioso por su antigüedad", según los expertos lulianos (el mercado, más realista, fija su valor en al menos 215.000 euros), y sus peripecias ilustran el complejo estado del patrimonio bibliográfico en España.
La historia, casi novelesca, arranca en mayo del año pasado cuando, según sus responsables, a la Biblioteca de Catalunya (BC) se le presentó la posibilidad de adquirir el manuscrito de Llull. El vendedor era un reconocido librero mallorquín, Manuel Ripoll, presidente de la Asociación Ibérica de Libreros Anticuarios y vicepresidente, además, de la Sociedad Arqueológica Luliana (SAL). A pesar de que la dirección de la biblioteca encontró con rapidez un patrocinador, la investigación de los técnicos del centro arrojó sospechas sobre el origen del manuscrito, por lo que consultaron con uno de los grandes lulistas, Anthony Bonner. Éste certificó lo peor: el documento estaba catalogado como parte del fondo de la SAL, de donde el propio Bonner constató su desaparición, junto a dos manuscritos lulianos más, ya en 1991. "Es fácil de reconocer porque no hay tantos manuscritos del Arbre... en catalán y, además, coinciden el número de folios, 59, y el escudo heráldico en el primero de ellos", apunta.
Bonner sabía de qué hablaba porque había visto ese códice. El propio Ripoll le había "invitado" a su casa un par de años antes y se lo había mostrado. "Me sorprendió, y cuando le pregunté de dónde lo había sacado, me dijo que lo encontró por azar en un armario al adquirir un lote de libros", rememora Bonner. El experto calló entonces, pero no el verano pasado cuando, junto a los responsables de la biblioteca catalana, puso sobre aviso a la SAL. La crisis se cerró, tras la restitución del manuscrito por parte de Ripoll el pasado 13 de febrero, con la salida oficial de éste de la entidad, donde llevaba 15 años de vicepresidente, si bien él asegura que no ha recibido notificación oficial.
"El manuscrito ha sido recuperado y ahora está bien catalogado y custodiado en el Archivo del Reino de Mallorca, donde es posible que lo dejemos depositado", zanja la cuestión María Barceló, presidenta de la SAL, una entidad privada creada en 1880 para, paradójicamente, recopilar la obra del Llull y evitar así su destrucción o salida de Mallorca. "Es un caso típico de una entidad privada con fondos espectaculares, pero que, por cuestiones económicas, no los tiene ni bien organizados ni bien protegidos, ante la desidia de la administración pública", constata Bonner. La vieja estructura de la sede de la entidad y diversos traslados de un sitio a otro habrían facilitado, según el estudioso, la pérdida de los tres manuscritos lulianos de la docena que, sobre catálogo, posee al parecer la SAL.
"Manuel Ripoll nunca ha pasado legalmente ninguna oferta a la biblioteca de Cataluña con su firma o con papel con su membrete, por la sencilla razón de que nunca lo he puesto a la venta ni lo he tenido en catálogo", certifica el librero, que afirma que compró "honestamente" el manuscrito. Según su versión, en 1981 adquirió la biblioteca del escritor y expresidente de la SAL Elviro Sans Rosselló, con más de 2.000 ejemplares, entre los que "en unos cajones y con otras cosas más", encontró el códice. "Claro que sabía que era de la SAL, por eso al darme cuenta de que era una patata caliente lo guardé en la caja fuerte de un banco". Para demostrar que tiene "todos los papeles en orden", hace ocho años Ripoll consiguió que Javier Sans, hijo de Elviro, le firmara un certificado donde especificaba el contenido de la compra. "Si hubiera habido alguna irregularidad, lo que afecta a los bienes privados prescribe entre los cinco y 10 años", puntualiza.
Según Ripoll, fue la insistencia de la directora de la Biblioteca de Cataluña lo que le llevó a pasarle "una pequeña descripción y un precio posible en el mercado". Ripoll, que se considera "perseguido", asegura que no informó en su momento a la entidad luliana de su hallazgo porque "ahí han desaparecido muchas cosas". "He dicho durante años que se tenían que clasificar los códices... ¡pero si tardaron 10 años en darse cuenta de que faltaba el manuscrito! ¿Qué querían, que lo dejara allí para que lo robara otro?". "Si desde 1981 a 2006 he estado guardando ese manuscrito y lo he devuelto", explica, "no es justo que ahora se insinúen cosas cuando se lo he salvado".'El Árbol de filosofía del Amor', escrito en 1928, está valorado en 215.000 euros
Babelia
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